¿Qué pasa cuando descubres que tu vida fue sólo pura pantalla? ¿Qué va por tu mente cuando las personas que siempre veías… que pensabas conocerlos, en realidad no los conoces así de bien? ¿Qué pasa si un secreto guardado para el momento apropiado, termina siendo una mentira hiriente?

Sebastián es un chico de quince años. Un pata muy consentido, malicioso pero es lo que el dinero había hecho de él, pues escondía un alma púgil.

Sus padres habían conservado  una revelación justo para cumplir los dieciocho, pero lamentablemente todas aquellas huellas que se conectaban con el secreto guardado, fueron descubiertas por Sebastián.

Sebastián comenzó un camino difícil no para asimilar, pues él ya se había enterado de todo, sino un camino para encontrar quien verdaderamente es.

Sus viejos trataron de tranquilizarlo comprándole muchas cosas, pero él sabía que la superficialidad de su vida se tendría que acabar, pues su esencia era totalmente opuesta.

En una noche de lluvia, Sebas se escapó de su casa con una sola pista en  mano: El orfanato en donde su vieja lo dejó desde muy pequeño.

Sebas emprenderá obstáculos que nunca pensó saltar, pues su vida del instante – él podía conseguir todo con tan sólo pedirlo – creó en él una falta de confianza en sí mismo para superar retos, y este es uno que no lo piensa dejar escapar.

Durante meses de espera, sus viejos adoptivos han estado en una sigilosa vigilancia y esperan que pronto llegue para recibirlo… y decirle un último adiós.

Sebastián se dará cuenta que el empuje y tan sólo se necesitan ganas y esfuerzo para conseguir lo que su corazón siempre le decía: no tienes que ser tan rencoroso ni malo… el amor es el principal motor del ser humano. Y ése motor ahora lo es su vieja.