#ElPerúQueQueremos

Soldados Novatos

Publicado: 2010-04-26

Era un día como cualquiera, Jorge se encontraba en Termania, en sus clases… atento como siempre, a pesar de lo aburrido que podría ser esa clase de filosofía, lo cual se podría reflejar en la postura poca erecta y pegada al pupitre de los alumnos de la última fila del aula.

Carlos se encontraba saliendo de su escuela, entusiasmado por el fin de semana y la fiesta de Manuel. “La noches en Clemencia son fantásticas”, era la frase favorita de Carlitos, y sí que  tenía mucha razón. Todo parecía transcurrir muy tranquilamente, los chicos tomaban combis para llegar temprano a almorzar, estudiantes corriendo con la intención de entrar con las justas a sus clases, profesores charloteando acerca de su día. Sin embargo, ante tan quietud  algo inesperado pasó. Carlos comenzó a percibir un sonido extraño que cada segundo aumentaba… era un sonido poco común por esa calle. Todos parecían ya preocupados, miraban hacia arriba tratando de adivinar de donde provenía tan asordante  ruido y a la vez, esperando ver ese “objeto” que tanta bulla producía. Carlos estaba a lado se sus mejores amigos: Joaquín, Mario y Ariel. Mario era muy asustadizo, cuando el sonido se hacía más fuerte, él miró a Carlos esperando que le dé una respuesta lógica para tan extraño suceso, pero Carlos no tenía ni idea de lo que ocurría. Las ramas de los árboles se movían con brusquedad, la tierra se alzaba, entonces una mancha gigante se vio por los aires con mucha velocidad, parecía querer llegar al norte. Mario le hizo una sonrisa que uno podía fácilmente saber que era sólo para ocultar su temor. El sonido se comenzó a alejar, fue cuando entonces que se escuchó un estallido, después otro, y otro… fueron siete en total. Profesores, estudiantes, transeúntes, personas que se encontraban dentro de los carros, combis comenzaron a correr despavoridamente hacia la universidad. Parecía ser el lugar más seguro del momento. Carlos trataba de tranquilizar a Mario, quien además de medroso sufría de asma. Joaquín obtuvo por sentarse. Comenzó a meditar y analizar. Se acordó de lo que un día le dijo su abuelo. De pronto una noticia se le vino a la mente… las conectó y súbitamente gritó: “Termania”

Allá en Termania, la clase de filosofía había dado un cambio de improviso. El profesor Augusto se había excusado por unos minutos. Los de la clase les gustó la idea, pues podían finalizar la tarea de la siguiente hora. De pronto, Jorge se dio cuenta que todos los maestros de cada aula empezaron a salir con horizonte a la dirección. Fabricio, amigo de de Jorge, con una mirada suspicaz salió del salón con el objetivo de averiguar lo que realmente estaba pasando… lo que se quería ocultar una vez que el profe llegase a la clase. Pasaron algo de veinte minutos cuando entonces el maestro, frunciendo las cejas, entró y lacónicamente les dijo: “Hemos comenzado una guerra… prepárense”

Al día siguiente, un mensaje público a la nación por parte del presidente Clemenciano cambió la vida de todos los jóvenes de ése país.  El jefe de estado había puesto en vigencia el servicio militar para todos los hombres a partir de los 16 años en adelante. A Carlos le costó mucho comprender que el mensaje era fácil de entender:  “Estamos en guerra,  jóvenes de Clemencia. Es hora de honrar a nuestros mártires “o un simple “ Los mandaremos a la guerra pero no estamos seguros si retornarán a sus hogares” o más simple aún “ Mueran por su patria”

Está paralelo de dos vidas diferentes nos llevarán a zambullirnos en un mundo en donde cada país en guerra dice estar en lo correcto, en donde familias enteras nunca pensaron tener que vivir esta situación bélica de nuevo y con sus hijos, momentos en las que no se sabe porque estás haciendo las cosas, sino que sencillamente eres un simple receptor de órdenes.

Esta serie mostrará las dos perspectivas: la de Jorge y Carlos. Nos contará sus miedos, los desafíos, los sueños que ahora se han frustrado y una simple ley común cuando uno combate: “En tan sólo un pestañar de ojos, el enemigo te puede eliminar”

En la serie se podrá observar también la parte humanista de la guerra, especialmente de los combatientes, como la constante lucha del grupo de Carlos y Jorge por escapar de la zona de guerra y su contracara: Luchar por su patria.


Escrito por

Diego Andre

En menos de dos años he creado más de seis cuentas de blogs, todas ellas terminaron fulminadas, ya sea por decisión propia - osea cuando me aburría y ya no tenía ganas de hacerlo- o por ego - osea cuando descubría todos los días en mi tablita de visitas que no


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