Carlos y Francisco son como el agua y el aceite. A uno le gusta estudiar, al otro no. Uno de estos es más sociable que el otro, pero el otro es muy tímido. A uno le gusta practicar los deportes, al otro sólo verlo por televisión. El pasado de Carlos es muy… como decirlo… lleno de baches. Él vive con su madre – Miriam -  y su hermano mayor – Diego – Desde hace 7 años no ve a su padre. No recuerda mucho lo que sucedió ese día, pues apenas había cumplido los seis años. Lo único que le viene a la memoria es haber escuchado a su viejo discutiendo con su mamá, pero eso era algo cotidiano en su familia, así que hubo que  haber habido algo más en esa querella… pero nunca supo qué.  Él recuerda haber visto a su papá drogado, tomado… abusando a su vieja… pero su prematura edad no le permitía aún entender muchas cosas. Ahora se siente muy mal consigo mismo al no haber hecho absolutamente nada cuando veía que si vieja era maltratada por el que por algún tiempo creyó su héroe. Miriam, su vieja, todavía no logra reponerse psicológicamente de tantos años de maltratos. Ella encontró en el alcohol y la droga, una amiga pasiva, silenciosa… impertérrita para olvidarse de todos aquellos recuerdos tan perturbadores para poder pararse de nuevo y comenzar a caminar con un nuevo ritmo. Por otro lado, Diego, era el eje fuerte de la familia – bueno, al menos eso cree Carlos –  A pesar de haber vivido con más lucidez los abusos  por parte de su viejo, él supo manejarlo bien. En el colegio siempre se encontraba entre los primeros tres puestos. Se graduó y ahora cursa el primer ciclo de la universidad. La verdadera justicia es lo que piensa encontrar ahora… o tal vez sólo encarcelar a quien por muchos años maltrató a su vieja. Todos dicen que será un abogado defensor de la verdad.  Carlos es muy impulsivo. Muy ocioso para los estudios, pero no hay nadie mejor que él, a la hora de dar consejos.  A él le apasiona la lectura. Todas las noches logra avanzar treinta páginas de las diferentes obras que su abuelo dejó como parte de su legacía. Tímido e inseguro de sí mismo cuando se les presenta nuevos amigos, pero sabio y pensativo cuando se encuentra sólo. La comunicación en esta familia se ha ido deteriorando al pasar de los años. Se obvia el tema de su padre… así como todos los demás. Diego en la biblioteca, Carlos en su cuarto y Miriam en la sala… a pesar de separarlos sólo unos cuantos pasos, a los tres les cuesta mucho salir de sus burbujas. El trato con su vieja es muy llano. Si bien es cierto  que le hacen caso, no hay esa dinámica entre ellos. No hay un por favor o un gracias. Sólo hay silencio. El trato entre Carlos y Diego es mejor. No hablan mucho… pero Diego era la persona de quién confía más. La familia de Francisco era muy diferente a la de Carlos. Los Brunch eran  conocidos por importante cepa. Eran muy respetados por los del vecindario. Eran inteligentes, afables y buenmozos. Descendían de una familia católica. Son muy fervientes. Todos los días a la misa y siempre comulgaban. Diego vive con su mamá – Rebeca -, su viejo –Antonio- y su hermana menor de cinco años – Claudia –Rebeca es muy hogareña. Se encarga del cuidado de la casa. Es muy buena repostera. Tiene una cara angelical y una sonrisa delirante. Antonio es doctor. Con cientos de diplomas y reconocimientos. Muy laborioso y perfeccionista. Es un hombre muy sabio. Es el perfecto ejemplo a seguir para Francisco – hasta ahora – Francisco es muy chancón. Siempre es puesto número uno en el colegio. Es muy sociable. Es encantador. Muy caballero. Es igual que su padre. Los Brunchs son muy apegados. Se comunican demasiado. Se tienen una extrema confianza. Es la familia perfecta. A pesar que Carlos y Francisco viven en mundos opuestos. Hay muchas cosas en las que sí se parecen: los dos tienen trece años y los dos vivirán en el mismo vecindario… serán vecinos y próximamente mejores amigos. Estos dos personajes crecerán juntos. Descubrirán la adolescencia, la felicidad, la tristeza. Se darán cuenta que nada es como se les ha pintado. Que la adolescencia es la etapa más cruda de su vida y que están dispuestos a superarlo, a pesar de encontrar piedras en el camino.