Católicos somos… sirvientes del señor… lacayos puros… aguerridos ante cualquier “cosa” teológicamente no comprobada, aberrante y sobre todo… anti-natural; claro que con tantas cirugías que las señoras respingonas que se jactan de ir a misas todos los días, esas católicas sólo apariencia, ¿Quién puede ser llamado verdaderamente natural?

Últimamente estamos presenciando el fin de los tiempos para la iglesia católica… o tal vez un nuevo inicio… un renacimiento. Noticias sobre sacerdotes pedófilos, noticias por las que me sentía avergonzado de mi religión, pero al ver que esto no paraba por más de cuatro meses, pensé que todo esto era un complot, un boicot y hasta una confabulación en contra de la iglesia.

Han habido marchas pidiendo la anulación y la cárcel para estos trastornados, lo que está bien, pues nadie tiene corona ante la ley de Dios… todos somos sus hijos.

Siempre he creído que a veces los sacerdotes tiranizan su poder sobre nosotros, porque ellos sienten quieren poder… no necesariamente esa facultad de hacer cosas para el bien de la sociedad, sin embargo, he sabido aprender que no todos son así, déspotas… ni que debemos encasillar a todos ellos como pederastas.

Hace algunas semanas el Vaticano vinculó la pedofilia con la homosexualidad. Desde entonces muchas personas han salido a la calles a protestar, y eso está bien. Pero todas esas marchas pacíficas que debieron servir para apaciguar estas dos partes, no hizo más que hacerme entender de lo poco compatibles que somos todos, razón por la que a veces dudo en las religiones e ideologías.

Hace una semana, organizaciones locales de homosexuales y lesbianas protestaron pacíficamente al frente de una iglesia para pedir rectificación, sin embargo, el sacerdote Carlos María Stiegler inició una contra-marcha espontánea con todos sus “seguidores”. Todo hubiera sido bonito si este representante hubiera aceptado hablar con estas personas para buscar una solución, pero… no!. Este sacerdote les dijo en su cara pelada “¡No es de Dios esta manifestación, aquí está presente el demonio!”.

Sinceramente, no logro entender una cosa, sí el demonio existe en ellos… ¿Porqué no hacemos algo para sacárselos? Osea… me parece algo muy grave que los dejemos “endiablarse” cada vez más… supuestamente los católicos deberíamos hacer algo para conversar con ellos y no sé… “encaminarlos por el buen camino de Dios”, pero no… la iglesia cada vez está alejando a los seguidores de Dios: gays, mujeres que desean abortar…etc – personas crédulas en Dios pero con algunas percepciones erróneas- En vez de conversar con ellos… la iglesia simplemente actúa de una manera prepotente e inductiva… y esas marchas de manifestación en contra de estas nuevas leyes no hace más que decir a los demás “Somos católicos… nosotros iremos al cielo... ustedes no… y no vamos a hacer absolutamente nada para salvarlos… púdranse”… pues adivinen que… USTEDES LOS CATÓLICOS TAMPOCO IRÁN AL CIELO. A lo largo de los dos mil años de fundación, la iglesia sólo ha canonizado a sacerdotes… y no a civiles.

Los católicos somos bien hipócritas. En la televisión se alienta al divorcio, al engaño, a la mentira, al sexo a temprana edad… pero no hay ninguna marcha en contra. Eso es lo que hace esta religión… se olvida de muchas cosas por concentrarse mucho… solamente en los homosexuales, por eso que la mayoría de sacerdotes salieron mas puercos que los “hijos del demonio”… porque se olvidaron de pasar primero el sermón y la limpieza primero por la casa.